Nunca pensé que se podría llegar a amar a alguien que ni siquiera se ha visto, pero me sucedió.Con el simple hecho de saber que estabas allí, esperando a algún día no muy lejano verme, con eso me bastó.
Aunque de hecho, no tuvieras la más mínima idea de quien era, yo sí sabía quién eras tú, y sabía que serías alguien muy especial.
La espera por verte me mataba, realmente me agotó, pero tan pronto supe que solo estaba a minutos del encuentro, algo en mí me hizo recargarme nuevamente.
Cuando te ví, pensé que mis rodillas no iban a soportar mi peso y mis nervios, pero de algún modo lo hicieron.Nunca había visto a una criatura tan hermosa como tú.
¡Te parecías tanto a tu madre! Esos ojitos grandes,brillantes y despiertos, ese pelo negro, lacio y abundante, tu cuerpecito rojizo y frágil a los ojos nuestros, pero fuerte para tu tiempo de nacida.No pude contener mi llanto al saber que eras mi sobrina, una parte de mi,que te vería crecer y caer,aprender de tus errores y levantarte para emprender nuevos rumbos.
Ya mis ojos ardían y aunque quería aguantar las lágrimas no pude, ni siquiera pude hablar con claridad.Al llamar a los más allegados, me quedaba callada, no podía describir lo hermosa que eras ni la emoción que sentí al verte.Era algo inexplicable, hermoso y nuevo para mí.Valió la espera, la ansiedad y las vueltas dadas.
Ahora solo me faltaba ver tus ojos una vez más.Karlita te adoro, eres la luz de mi vida y me haz dado una razon mas para superarme y seguir soñando.Espero ser un modelo a seguir para ti y estar a tu lado cuando me necesites.
Dios te bendiga mi Gordita.
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